En las últimas décadas ha aumentado notablemente el número de personas que practican actividades de montaña, disfrutando de la naturaleza y realizando ejercicio.

Hay distintas clasificaciones sobre las actividades de montaña. Una posible clasificación es en función de la actividad principal:

  1. Caminar: senderismo, excursionismo, expediciones.
  2. Ascenso vertical: escalada clásica, deportiva (espacios acondicionados) y en hielo.
  3. Correr: carreras de montaña.
  4. Áreas específicas: barranquismo, bicicleta de montaña, esquí de travesía.

Las lesiones producidas dependen mucho del tipo de actividad realizada. Aquí voy a considerar actividades accesible para la mayor parte de la población, sin entrar en el análisis y riesgos propios de la ascensión a grandes cumbres.

Factores de Riesgo

Cada una de las actividades que he mencionado puede tener riesgos específicos, derivados de la velocidad a la que transcurren, como con la bicicleta, o los riesgos propios de realizar una actividad en altura, como en la escalada.

Pero hay que tener en cuenta los factores que son comunes a casi todas estas actividades y relevantes en cuanto a la seguridad.

  • Tiempo. Probablemente es el factor más determinante. Puede condicionar totalmente la actividad, por lo que es necesario conocer el parte meteorológico y no correr riesgos innecesarios.
  • Inexperiencia. La falta de experiencia en cuanto al material a emplear, la ropa, o la preparación de la mochila, pueden influir en la aparición de accidentes. Conviene buscar la información sobre cualquier duda que tengamos.
  • Terreno. Es importante tener clara la ruta a realizar. Puede ser de gran ayuda llevar un mapa de la zona.

Tipo y frecuencia de las lesiones

Las lesiones más frecuentes son heridas en piel, y hematomas.
En alta montaña son frecuentes las congelaciones en los dedos de la pies o las manos.
Las fracturas también son lesiones con relativa frecuencia.

Miembros superiores

Se ven afectados con frecuencia en la escalada.

“Codo del escalador”

Dolor en antebrazo por una tendinitis del músculo braquial. Se debe a esfuerzos mantenidos del antebrazo en flexión y pronación (cara palmar de la mano hacia abajo).
Recomiendo reposo y tratamiento de fisioterapia (descontracturar la zona y medidas antiinflamatorias locales).

“Dedo del escalador”

Los dedos sufren con frecuencia lesiones debido a los esfuerzos importantes a los que se ven sometidos. A nivel de las falanges media y distal, tenemos tendones que se insertan en hueso para permitirnos los movimientos. Además, en la cara palmar tenemos varias poleas anulares, que son ligamentos con forma circular que mantienen a los tendones en su correcta posición. En cada dedo hay cinco poleas anulares (A1-A5). La que más frecuentemente se lesiona, al estar sometida a grandes cargas en cada agarre en arqueo, es la A2, a nivel de la primera falange del dedo. Se producen roturas parciales (esguinces) o incluso roturas completas, con dolor asociado.

El tratamiento comienza con el reposo y la analgesia. Los vendajes pueden ser de ayuda. Generalmente vendamos el dedo lesionado junto a otro anexo, para poder limitar así la movilidad.

Es importante que el periodo de reposo permita al tejido recuperarse, por lo que solemos establecer una duración orientativa del reposo en torno a las tres semanas, con un regreso posterior a la actividad progresivo.
En ocasiones puede ser necesaria la reconstrucción quirúrgica de la polea, cuando hay una ruptura completa de la polea.

Miembros inferiores

Dada la irregularidad del terreno, son frecuentes las lesiones tipo esguince, especialmente en el tobillo.

Esguince de tobillo. Vendaje.

Conviene conocer las bases para la realizar un vendaje de tobillo.

Tobillo derecho.

Si se lesiona el ligamento lateral externo (muy frecuente), el vendaje se hace en sentido horario, para “cerrar” la parte externa, juntando las fibras que se han podido romper. A mi me gusta reforzar esa zona con tiras de 15-20 cm de esparadrapo de tela y colocarlas desde la planta del pie hacia la zona del ligamento y hacia arriba.
Si el ligamento dañado es el ligamento lateral interno (ligamento deltoideo) el vendaje se hace en sentido contrario a las agujas del reloj, con tiras de refuerzo que irán por la parte interna .
En el tobillo izquierdo se dan las mismas indicaciones pero en sentido inverso.

Ampollas

El acumulo de líquido localizado justo debajo de la piel es muy frecuente en los pies de quienes realizan largas distancias caminando.

Es una lesión menor, pero la comento por su alta incidencia y por lo molestas que pueden llegar a ser.

En verano voy como médico con la Ruta Quetzal-BBVA, y curamos ampollas a diario. Hay muchas teorías sobre cuál es el tratamiento ideal. Te comento lo que mejor nos funciona.

Una vez que la ampolla esta formada, lo que hacemos es pincharla con una aguja estéril (valdría un alfiler cuya punta ha sido quemada). La vaciamos, y echamos un líquido desinfectante (ejemplos: povidona (betadine), clorhexidina). No retiramos la piel, que sirve como protección (mecánica y frente a la suciedad). Y finalmente colocamos una gasas o un pequeño apósito.
Se trata de mantener limpia la lesión, y evitar el roce.

Prevención

Tradicionalmente se considera importante la experiencia del montañero para valorar con buen juicio los riesgos posibles, un nivel de entrenamiento adecuado y el equipo apropiado.

Botiquín básico, para salidas de un día
  • Gasas estériles.
  • Antiséptico (ej: povidona, clorhexidina). Líquido o en crema.
  • Tijeras, agujas.
  • Analgésico (ej: ibuprofeno).
  • Manta térmica
Cada montañero debe diseñar su botiquín en función principalmente de:
  • Duración de la actividad.
  • Aislamiento de la zona.
  • El peso y el volumen del botiquín.

Como última recomendación, algo fundamental: ir con un Seguro para Actividades de  Montaña. En caso de que se produzca cualquier suceso adverso, la compañía contratada cubrirá los gastos asociados.