El término lesión osteocondral hace referencia a una perdida localizada de cartílago en la articulación. Es una perdida profunda, que llega hasta el nivel del hueso.
En una lesión de menor profundidad hablamos de lesión condral.
La clasificación más extendida cuando hablamos de desgaste del cartílago es la clasificación de outerbridge, donde el daño del cartílago va del grado I (menor) al grado IV (mayor). Una lesión osteocondral corresponde a una superficie bien definida con un grado severo de lesión (grado IV).
Suele producirse en traumatismos importantes, como roturas de LCA o esguinces severos, donde los huesos de la articulación chocan al perder su estabilidad. En ocasiones no se visualiza en los primeros meses en las pruebas de imagen, pero el cartílago que ha sufrido un importante daño en un punto puede desprenderse con el paso de un tiempo.
El paciente suele presentar un dolor de rodilla mal definido, que puede empeorar con movimientos de impacto, como subir o bajar escaleras.
El diagnóstico se establece por pruebas de imagen, como la resonancia magnética, o en ocasiones durante una cirugía artroscópica, por visualización directa.