“Me han diagnosticado de condromalacia rotuliana. ¿Qué significa?”

La condromalacia rotuliana es un desgaste en el cartílago de la rótula, también llamada patela.
Es un término que hace referencia a un “reblandecimiento” del cartílago. También es frecuente usar los término de “síndrome patelo-femoral” o condropatía rotuliana.

La causa más habitual es un aumento de presión entre la superficie articular de la rótula y el fémur. Esto suele deberse a factores mecánicos de base, como un mal alineamiento de las rótulas (“rotulas bizcas”), o provocados, como la flexión forzada mantenida (sentarse con el pie en la zona glútea, o con las piernas cruzadas).

El diagnóstico es principalmente clínico, preguntando al paciente por sus actividades diarias y explorándole, y también pueden ser de ayuda algunas pruebas de imagen, como una resonancia magnética. Pero hay que tener en cuenta que una resonancia sin alteraciones aparentes no significa que no pueda existir una condromalacia, porque ese “reblandecimiento” puede ser mínimo, producir dolor y no visualizarse.

LEHOS Rodilla Bici

Tratamiento de la condromalacia rotuliana

La mayor parte de los pacientes mejoran con modificaciones posturales.

Se debe evitar la flexión forzada:

  • Cuidado al sentarse. Evitar hacerlo sobre un pie o con las piernas cruzadas. Procurar tener las piernas hacia delante.
  • Evitar las “sentadillas”. Cargar con peso y hacer movimientos repetidos de flexo-extensión de rodilla puede provocar aumento de presión en la rótula y dolor.

Se puede intentar fortalecer el vasto interno del cuádriceps, especialmente cuando existe una hiperpresión externa, para “realinear” la rótula. Se modifica levemente su posición, y puede disminuir el dolor. ¿Cómo? Con repeticiones de los últimos grados de extensión. Sentado, con la pierna casi estirada del todo, excepto los últimos 30º aproximadamente, se eleva el pie, hasta completar la extensión total de la rodilla. Luego se vuelve a flexionar la rodilla esos 30º, y así se ejecutan series de varias repeticiones. Inicialmente sin añadir peso. Si vas tolerando bien el ejercicio, en unos días puedes añadir algo de peso en el tobillo (alrededor de un kilogramo, progresivamente y según tolerancia).

En fase de dolor puedes tomar antiinflamatorios y poner hielo local.
También se pueden realizar infiltraciones en caso de escasa mejoría. Antiinflamatorio en caso de dolor intenso, como analgésico, y acido hialurónico o Plasma Rico en Plaquetas para mejorar la lubricación.

Evolución

La gran mayoría de los casos, si siguen el tratamiento, evolucionan favorablemente.

Si estás diagnosticada/o de condropatía rotuliana, tienes que ser muy cuidadosa evitando la flexión forzada. Parece simple, pero las costumbres posturales son difíciles de quitar. Pide ayuda. Si convives con tus padres, pareja, o amigos, cuéntales lo que no puedes hacer. Y te lo recordarán al verte mal sentada/o, o al agacharte para limpiar o recoger cosas.

En el entrenamiento, evita estirar el cuádriceps acercando el pie al glúteo (¡típico!). Echa el pie hacia atrás con la pierna estirada, con flexión de unos 90-100 grados en la otra rodilla. Tu rótula te lo agradecerá.