La rotura del LCA suele producirse por un mecanismo de fijación del pie en el suelo, mientras se realiza un movimiento de rotación externa del cuerpo. Puede ocurrir sin la intervención de otras personas, o también tras un golpe directo mientras el jugador/a tiene apoyado el pie.
Cursa generalmente con dolor e impotencia funcional severos. Suele producirse derrame articular, especialmente pasadas varias horas tras el traumatismo.
Para su diagnóstico existen varias pruebas de exploración, que son difíciles de realizar en la fase aguda por el dolor. La punción de la articulación y extracción de liquido suele ser de gran ayuda (artrocentesis). Si es un contenido de tipo rojizo, sanguinolento, se debe a la rotura del LCA en la mayoría de los casos.
La prueba de referencia es la Resonancia Magnética, que nos aporta mucha información sobre la situación de los tejidos.